Cuando un juego cumple su ciclo útil, es decir, que su número de jugadores disminuye drásticamente debido a nuevos lanzamientos y cambios generacionales, suele haber otro que cubre su lugar. Salvo por una pequeña parte de jugadores fieles, no es común que la base de jugadores incremente una vez que pasa el boom inicial de un juego.
Para evitar que suceda esto, las empresas desarrolladoras suelen tomar prestadas prácticas tanto del ámbito musical, el remasterizado, como del ámbito del cine, las remakes.
El remaster, la más común de las dos prácticas, consiste en reeditar un producto con un poco más de pulido que no se le pudo hacer en el momento de desarrollo original. Esto puede ser tanto por una imposibilidad tecnológica en el momento del desarrollo o porque no se pudo por falta de tiempo. Lo que más se ve en la industria de los videojuegos son los HD Remasters, que lo que hacen es traer a resoluciones actuales (1920×1080 en adelante y formato 16:9) juegos de generaciones anteriores. También suelen traer mejoras en las texturas y en la iluminación. Pero por lo general, no es un cambio muy drástico sobre el producto original.
Por otro lado, existen las Remakes, tan conocidas en el ambiente cinematográfico por películas como por ejemplo Ghostbusters, The Thing, Scarface y todas las películas de terror de los años 80. Remake, como indica el nombre, significa rehacer un producto partiendo desde cero, usando la obra original como guía, o a veces ni siquiera eso. Los remakes de videojuegos más aclamados de los últimos años son Shadow of The Colossus y Demon’s Souls, ambos del estudio BluePoint, los reyes indiscutidos de los remakes.
Ambos tipos de juegos son muy prevalentes hoy en día, y a medida de que pase el tiempo y las empresas puedan lucrar con el factor nostalgia de juegos aclamados, serán más y más comunes. En mi humilde opinión, no lo veo como algo malo. Hay varios juegos que no pude jugar por varias razones pero me hubiese encantado poder hacerlo, entonces que salgan otra vez, que se vean más lindos y que salgan en más sistemas es algo muy bueno.
Obviamente, también existen remakes extremadamente horribles, no todo es color de rosas. Un ejemplo claro es la remake de GoldenEye, el famosísimo juego de James Bond de Nintendo 64 que salió allá por 1997. El original es amado por la mayoría de la gente que lo jugó, mientras que la remake es un clon sin alma de los shooters del momento, que pasó de largo sin pena ni gloria. Puede fallar, claramente.
Habrá que ver qué sucede en el futuro, pero lo más probable es que cada vez veamos más y más remakes y remasters. Esperemos que los hagan con cariño y no para lucrar, así sale un producto de calidad y no uno sin alma.
¡Muchas gracias por leernos!
Por Matías Ríspoli